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Formulas & elementos: Bordi e curve
¿borde o curva? Durante las últimas décadas, esto ha sido a menudo una cuestión de actitud, no solo en arquitectura. La reducción de la curvatura hasta una caja rectangular se consideró minimalista, contemporánea y un elemento discreto y atemporal. Sin embargo, la simple rectitud y la seriedad a menudo elitista y distanciadora que encierra también son hijas de su tiempo. Otros creativos han utilizado las innovaciones digitales para canalizar su fe en el futuro en formas amorfas. No obstante, la curvatura constituye un mero signo del futuro hasta que lo haya impregnado todo y entonces se convierta en algo tan corriente como la caja angular. Ambas actitudes siguen teniendo repercusiones en la actualidad. Durante la última década, el mundo y la sociedad en que vivimos se han diversificado mucho más de lo que los bordes y las curvas pueden representar. En realidad, siempre ha sido así, pero la diversidad es cada vez más visible y, con ella, las complejas y a veces conflictivas demandas de nuestro entorno. Los bordes y las curvas ya no pueden sostenerse por sí mismos, por un tiempo o una actitud. Más bien surgen del espacio y cambian con las funciones, requisitos, condiciones y oportunidades. Por tanto, la forma es más un resultado del azar y el servicio, una instantánea en continua transición. Temporal, no atemporal. Por supuesto, eso va en contra del ego de cualquier gran arquitecto. No obstante, es una buena noticia cuando las formas, los bordes y las curvas se aceptan y se aman como algo aleatorio y efímero. Esto deja más energía para el espacio intermedio, que siempre debe llenarse de contenido y significado. En arquitectura, pero también más allá.